La plaza Julián Romea, en Murcia, tuvo este viernes un nuevo establecimiento: Hope Café. Una efímera cafetería de especialidad donde nadie pagó por su consumición, pero sí recibió a cambio un claro mensaje: el tiempo que se dedica a tomar un café puede ser extraordinariamente valioso para alguien que necesita ser escuchado. La acción de comunicación ha sido realizada por la agencia Mapa para el Teléfono de la Esperanza de Murcia.
Desde primera hora de la mañana, decenas de personas se acercaronn al espacio atraídas por el aroma del café y por un menú tan llamativo como simbólico: Espressolidario, Lattesperanza o Flat whiteléfono. Detrás de esta campaña está el Teléfono de la Esperanza que se apoya en la eclosión de las cafeterías de especialidad que vice la ciudad, un fenómeno arraigado entre el público joven, con el objetivo de conectar con ellos a través de un lenguaje y una estética singulares.

Cada uno de estos cafés juega con la idea de que todos tenemos una especialidad cuando se trata de ayudar: escuchar, acompañar, empatizar o simplemente estar ahí, explican desde Mapa. Al recibir su bebida, los visitantes se encontraron con mensajes invitando a la reflexión: “Si puedes regalar cinco minutos de tu tiempo para tomarte este café, también puedes regalarlos a alguien que está pasando un mal momento”.

La acción ha coincidido con el Día Internacional de los Voluntarios, una fecha clave para reconocer la labor de quienes dedican parte de su tiempo a ayudar a los demás. “Queremos que la gente se dé de golpe con esta verdad: escuchar puede salvar vidas. No hace falta ser un superhéroe; hace falta tiempo, humanidad y ganas de acompañar”, señalaron voluntarios presentes en la instalación.

Junto a Hope Café, el Teléfono de la Esperanza atendió dudas, ofreció información sobre el proceso de voluntariado y explicó por qué es tan urgente ampliar la red de apoyo. El incremento de llamadas y la creciente necesidad de acompañamiento emocional hacen que la captación de nuevas personas voluntarias sea una prioridad.
