Supra es uno de los últimos trabajos de la diseñadora establecida en Caravaca Vanesa García. Una botella de mezcal, destilado tradicional de México, que se inspira en las pirámides de aquel país centroamericano. El proyecto ha merecido un primer premio en la edición de este año en la competición internacional que convoca la prestigiosa plataforma Dieline.
La propuesta ideada por Vanesa García bebe de unos de los iconos arquitectónicos de la cultura mejicana: las ancestrales pirámides que pueblan su territorio. El elemento más singular es una escalera en relieve moldeada directamente en la cerámica. La forma es escultural, mientras que la paleta de colores se mantiene fiel a un blanco roto mate minimalista que permite que las sombras y la luz protagonicen el planteamiento creativo.

La tipografía del envase es sobria y técnica, combinada con un relieve ciego que aporta textura sin ruido. La etiqueta y el sutil tapón de corcho son un guiño a la artesanía, fundiendo la forma futurista con un toque táctil. A su vez, la tipografía de la etiqueta, que se extiende por el borde, añade un toque sutil de intriga.
Supra es un mezcal de alta calidad, elaborado con agave silvestre que crece lentamente a gran altitud. “Sublime, raro y contemporáneo”, afirma la diseñadora. Las plantas con las que se elabora el licor tardan entre 10 y 20 años en madurar y crecen rodeadas de pinos, en zonas de difícil acceso, convirtiendo esta pequeña edición en un producto poco común y de gran valor entre conocedores y coleccionistas.

“El diseño está inspirado en este contexto y en la diosa Mayáhuel, símbolo de fertilidad y abundancia, protectora de la planta del agave. Supra significa arriba en latín y “evoca la elevación espiritual que propone el mezcal, una experiencia conectada con los dioses”, explica Vanesa García.
El lacre natural que sella la botella está mezclado con tierra de la zona. “Y esa escalera tridimensional refleja el esfuerzo para cosechar y transportar las plantas a través del monte, al mismo tiempo que invita al consumidor a recorrer el producto, haciéndolo partícipe en un viaje de lo terrenal a lo divino”, señala la creativa.
