Los libros prohibidos por la dictadura franquista podrían encontrar un confortable hogar en la colección ideada por la joven diseñadora Almudena Montesinos: Librum contra legem acoge, con un exquisito diseño, algunos de los títulos que el régimen de Franco consideró malditos.
Este excelente proyecto propone crear una colección de libros de distintos autores y con un elemento en común: su publicación fue vetada durante el largo periodo en que España vivió bajo el yugo del fascismo. Según su autora, actualmente se tiene una noción poco precisa sobre la censura editorial en la etapa franquista, lo que hace necesario “mostrar lo que sucedió realmente y revelar la magnitud de las censuras y depuraciones realizadas en ese periodo”, señala.
Almudena Montesinos basa su proyecto en ocho títulos de los autores que sufrieron con más intensidad el filo implacable de la censura franquista, entre ellos Emma Goldman, Priot Kropotkin, Francisco Ferrer, Federica Montseny, Mijail Bakunin o Max Stirner.
“Estos autores de corte anarquista están seleccionados por una razón: fue en España donde esta ideología se desarrolló en gran medida”, explica la diseñadora. Aunque el régimen fascista impidió la publicación de miles de títulos que no estaban en sintonía con sus fundamentos políticos y de moral, “la mayoría de la censura y depuración se realizó con el material bibliográfico relacionado con la ideología anarquista”, opina Almudena Montesinos.
En cuanto al diseño, la creativa ha pretendido emular las portadas de los textos vanguardistas publicados en España durante los años treinta. “Se ha creado una colección con colores vibrantes, formas geométricas habituales de la vanguardia artística e ilustraciones llamativas, reflejando el carácter transgresor y combativo de las ideas contenidas en estos libros”, destaca Almudena Montesinos.
Por otra parte, en la contraportada se huye de incluir la habitual sinopsis. Se sustituye por una recreación de los informes de censura realizados a partir de 1951 por el Ministerio de Información y Turismo.
“En estos informes encontramos las páginas censuradas del libro y acto seguido una pequeña biografía del autor. En el interior, la censura se hace más notoria: desde los sellos colocados en las guardas hasta las citas censuradas que inician cada tomo. A medida que el lector va explorando el tomo, encontrará páginas censuradas; de este modo, se puede ver cómo se realizaba la depuración bibliográfica. Esos párrafos censurados serían eliminados y la obra modificada, puesta en circulación”, explica.
Respecto al título de la colección, Librum contra Legem (Libros contra la ley), recoge la denominación que el régimen totalitario de Franco atribuía a aquellos títulos que consideraba peligrosos. Libros que hacen a los ciudadanos críticos y libres de pensamiento y que les llevan a cuestionar el orden establecido, según la diseñadora, quien entiende que para el autoritarismo “no hay nada más peligroso que una persona cuya mente no se doblega”.
Por ello, el proyecto que propone tiene como fin didáctico mostrar la magnitud de la censura instaurada por el dictador Franco y, al tiempo, dar voz a todos aquellos autores que fueron silenciados.
Almudena Montesinos tiene 28 años y es de La Matanza, en el municipio de Fortuna, “un sitio muy tranquilo a pesar de lo grotesco que suena el nombre”, bromea. “Siempre he sido una persona con inquietudes creativas y culturales. Bibliófila y hacedora en general, me gusta ilustrar, restaurar libros y crear cachivaches”, afirma la diseñadora, que aspira a parecerse a un personaje del Renacimiento.
Estudió diseño gráfico. “No me arrepiento, pero debido a la situación actual y con un licenciatura recién adquirida, se hace realmente difícil encontrar algún trabajo ya que carezco de experiencia”, señala. Mientras tanto, ha puesto en marcha un pequeño negocio de estampación textil personalizada, que ha llamado Kemada. Otras propuestas creativas de Almudena Montesinos pueden disfrutarse en este perfil en Instagram.