Vincent Sáez y Pascual Martínez exploran los jardines de Murcia para conectar pasado y presente

Donde crecen los mirtos es un proyecto dinámico de los fotógrafos Vincent Sáez y Pascual Martínez, quienes lo han calificado como una expedición a los jardines de la ciudad de Murcia para investigar y registrar documentalmente las diferentes tipologías de plantas que crecen en estos espacios. Ahora lo muestran en el Museo de la Ciudad, en una exposición que estará abierta hasta febrero del próximo año.

Tomando el jardín como punto de referencia en común de las culturas cristiana, musulmana y judía presentes en la historia de la Región, los creativos que forman el colectivo Pascual+Vincent plantean una propuesta visual multidisciplinar para reflexionar sobre su creación y la relación que mantienen con estos espacios.

Los dos fotógrafos se han centrado en los parques y jardines más representativos de la ciudad de Murcia: Floridablanca, Botánico (paseo del Malecón), Glorieta, La Seda, Auditorio regional, Teniente Flomesta, Salitre y Vistabella.

“Desde la reflexión sobre cómo un contexto específico puede crear, imponer o construir un valor simbólico, partimos de la idea de expedición en una investigación y registro documentales sobre los lugares específicos donde viven, nacen o se identifican las diferentes tipologías de plantas que componen estos espacios. Así, manteniendo el punto de vista del respeto a la flora y su sintaxis con el medio ambiente, hemos documentado estos espacios, catalogando los elementos que los componen construyendo un cuaderno botánico específico a través de la recolección de plantas y flores de las diversas especies que lo conforman, desecadas y registradas en un herbario propio particular”, explican los creativos.

“Pero más allá de la mirada botánica del trabajo, conectamos los vestigios históricos y arqueológicos del pasado con el presente, proyectando en ellos los espacios naturales de la ciudad. De ese modo, los restos de la muralla medieval en Santa Eulalia se entremezclan con moreras y plátanos en el Jardín de la Seda, los del Alcázar Nasir en la Iglesia de San Juan, con las palmeras del Jardín del Malecón, y el Jardín de la Alameda se enmarca en la puerta de Mari Chaves en la planta segunda del Mubam. Pasado y presente fundidos en un palimpsesto que reescribe la historia a través del entorno que los une”, señalan Vincent Sáez y Pascual Martínez.

Los dos componentes del colectivo Niño Rojo han argumentado en un elaborado texto sus reflexiones sobre esta exposición y sobre su propia trayectoria creativa, parte del cual se reproduce a continuación:

“Como autores, el interés por la naturaleza se ha convertido en el eje principal de nuestro trabajo, y esa pasión se ha traducido en una conducta. A veces, incluso extraña, porque vamos observando y recolectando todo tipo de plantas en nuestro camino de manera compulsiva.

Este interés comenzó como un juego que nos llevó recorrer miles de kilómetros en la Europa Oriental, y es esa la formación que ahora hemos aplicado al paisaje próximo, donde no hay necesidad de recorrer miles de kilómetros para sentir, disfrutar y aplicar todo lo aprendido, y así queremos transmitirlo.

Hemos recorrido con nuestras cámaras los más representativos parques y jardines de la ciudad de Murcia: el Jardín de Floridablanca, el Jardín del Malecón, la Glorieta, el Jardín de la Seda, el Jardín del Auditorio, los Jardines de Teniente Flomesta, el Jardín del Salitre y los Jardines de Vistabella…

Pero también hemos recorrido los principales museos de la ciudad, en busca de los vestigios de las tres culturas que han dejado su huella en Murcia: el Museo de Santa Clara, el Centro de Visitantes Muralla de Santa Eulalia, los Restos del Alcázas Nasir bajo la Iglesia de San Juan de Dios, el Museo de Bellas Artes, la Sala Verónicas… y hemos proyectado en ellos la naturaleza que los circunda.

Hemos recolectado especímenes en los parques y jardines de Murcia, que sirven de base para construir este herbario particular empleando la técnica de la cianotipia. Como en la obra de Atkins, el rigor científico se mezcla con el arte y la naturaleza.

Aunamos las tres culturas en La Biblia Hispalense o Codex Toletanus, escrita en latín en el siglo X, con notas manuscritas al margen en árabe, y títulos en hebreo, sirven de soporte a las láminas botánicas de especímenes recogidos en los parques y jardines de la ciudad.

Nuestro herbario se completa con la colección botánica cedida por el Instituto Saavedra Fajardo, que incluye una extensa variedad de semillas y plantas recogidas a finales de los años 50, y una colección de diapositivas de cristal para la docencia académ­­ica. Y también con dos modelos de la vida del Museo Loustau de la Universidad de Murcia, que el propio José Loustau compró hace más de 100 años.

Convencidos del poder que tiene la imagen y del libro como soporte para la propaganda, difusión y compresión de este trabajo con diferentes aristas, lo completamos con un libro de artista que usa como referencia los Miriabilia Urbis, una especie de guía de la ciudad, con grabados de edificios, planos de Roma, e ilustraciones que se convirtieron en un registro documental y gráfico.

Buscamos el Edén en la ciudad de Murcia vagando por sus jardines, investigando cada uno de sus rincones, volviendo del presente al pasado, y del pasado al presente, recordando nuestras raíces y su conexión a la tierra que pisamos.

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