Gran Diminuto cielo

Diminuto cielo es la sugerente y poética denominación del proyecto lanzado a mediados de la pasada década por el diseñador e ilustrador Curro Rubira (Murcia, 1969). Un mágico espacio virtual donde Rubira exhibe y comercializa un amplio repertorio de objetos que, de forma irresistible, se desean poseer.

Cuando Murcia Visual dio noticia, en octubre de 2014, de la puesta en marcha de Diminuto cielo como plataforma creada por Rubira para mostrar sus trabajos más personales (dibujos, serigrafías, objetos de decoración y libros ilustrados), realizados en paralelo a su actividad como director creativo y ejecutivo en agencias de publicidad radicadas en Madrid, era difícil prever las dimensiones que alcanzaría el proyecto entonces naciente.

La prueba más palpable del éxito alcanzado por el creativo murciano son sus luckycats, los conocidos gatos de la suerte o de la fortuna asiáticos que Curro Rubira ha transformado en iconos contemporáneos mediante una sencilla intervención: pintarlos con un solo y llamativo color. Esta idea tan simple ha logrado que sus gatos, esmaltados en quince colores diferentes, se vendan por millares en muchos países, bien desde su tienda online como a través de distribuidores mayoristas.

Durante los últimos diez años, Diminuto cielo se ha hecho grande tanto en dimensión del negocio como de su catálogo. Además de los tan deseados luckycats,  Rubira comercializa llaveros y libretas nihilistas y de amor rotuladas con ocurrentes frases; jabones, libros ilustrados, atractivas figuras (darumas, mini dragones chinos, budas con rostro de ratón o huevos dotados de extremidades y gorra), calaveras nada terroríficas, incensarios y jarrones de cerámica e, incluso, fábricas de humo talladas en madera.

Lo que comenzó siendo una iniciativa personal y doméstica ha crecido en envergadura. Por ello, Curro Rubira cuenta con la colaboración de un equipo de artesanos españoles que trabajan cerámica, resina y otros materiales; por ejemplo, los objetos realizados en madera son elaborados en un taller radicado en Cehegín.

“Cuando amplias mercado producir a gran escala es inevitable, así que combino los dos procesos de producción”, señala el creativo a Murcia Visual.

La denominación Diminuto cielo tiene su origen en un libro ilustrado por Rubira que la librería y editorial madrileña Pantha Rei le publicó en 2005. Yendo más allá, se ha convertido en el “sitio donde uno quiere estar”, afirma. “Cada uno tiene su diminuto cielo. La publicidad tiene muchas ataduras creativas, mucha reunión y mucha política; por eso, Diminuto cielo fue una liberación como espacio físico y como proyecto”, explica el diseñador murciano.

Curro Rubira, que comenzó su andadura profesional en 1993 como diseñador en el estudio del celebrado Óscar Mariné, ejerció posteriormente y durante más de dos décadas en varias prestigiosas agencias de publicidad con sede en Madrid, ciudad en la que reside. Rubira reconoce el vértigo que vivió tras la decisión de interrumpir su estable situación laboral y volcarse en un nuevo proyecto, de lo que no se arrepiente. “Visto ahora tendría que haberlo hecho antes. Diminuto cielo combinó mi pasado de director creativo digital con mi faceta de diseñador: una tienda online con productos diseñados y producidos íntegramente por mi”, comenta.

Rubira manteniene un estrecho vínculo con su tierra natal. “Sigo veraneando en Cabo de Palos cada año y voy cada vez que puedo a Murcia a ver a la familia y los amigos. Cada vez me gusta más, así que más adelante quizá mi siguiente diminuto cielo sea volver a Murcia”, concluye.

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