La fotógrafa profesional afincada en Murcia Cristina Navarro realiza un homenaje a Calabardina a través de una serie que retrata las costumbres y forma de vivir de esta pedanía de Águilas. Se trata de un proyecto artístico que ensalza el valor de la vida sencilla y de las pequeñas cosas.
Cristina Navarro ha captado con su cámara algunos de los espacios más singulares de Calabardina como el bar de Miguel, el embarcadero o la playa de la Cola, lugares que se han mantenido ajenos al paso del tiempo. Según comenta la fotógrafa, Calabardina “es olor a hibisco y baladre, patios asalvajados de buganvillas y jazmines, es el sonido de las olas rompiendo en Cope y los gritos en el bar de Miguel. Aquí nadie tiene prisa, todo va despacio, los días pasan iguales, tranquilos, sencillos, perfectos.”
Sencillamente Calabardina es una obra viva que se mantiene en evolución. “No se trata de un proyecto cerrado, es una obra que empieza este verano de 2022, pero seguirá creciendo con el paso del tiempo. Todavía tengo muchas situaciones y personas que retratar”, afirma la creativa.
Esta no es la primera vez que la artista realiza un homenaje a Murcia. El amor a su tierra es un tema recurrente en su fotografía. Readymade en la Huerta y verduras como obras de arte son dos proyectos anteriores en los que Cristina demuestra su cariño y respeto por los productos de la huerta murciana.
Cristina Navarro nació en Lorca en 1983 y actualmente trabaja en su propio estudio de fotografía en la ciudad de Murcia. De niña pasó los veranos en la casa de sus abuelos que tenían en la calle Teresa Rabal, a pocos metros de la playa de Calabardina.
Hoy día, Cristina trabaja como fotógrafa publicitaria para diferentes marcas dentro y fuera de la Región de Murcia. Está especializada en la fotografía de producto y gastronómica, destacando por su estilo artístico y personal.
Más información de este proyecto en su web: Sencillamente Calabardina.