Martina Rebollo posee una apreciable técnica para dibujar e innegable soltura para iluminar con acuarela, habilidades que le permiten crear su peculiar universo de seres fantásticos y animales. Y, además, tiene once años, lo que añade aún mucho más valor a lo que hace.
Martina dibuja desde que era pequeña; o, por mejor decir, desde que era todavía más pequeña. Su padre, Sergio Rebollo, afirma que la niña “utiliza el dibujo como medio de expresar y canalizar su mundo interior, que es muy intenso. Le encantan la música (Vetusta Morla), el mar, los animales y la naturaleza. Tiene un marcado sentimiento de los valores de justicia, amistad e igualdad, así como del cuidado del medio ambiente”.
La jovencísima ilustradora, nacida en Murcia en abril de 2009, revela que su afición por dibujar comenzó a corta edad. “Comencé cogiendo un simple lápiz y un folio arrugado, y empecé a hacer garabatos. Garabateé y garabateé un par de años hasta que me salió una alegre cara. No era una niña a la que le gustaban las princesas y las barbies, a mí me gustaban los dragones, los monstruos y los animales. Así que empecé a hacer animales y criaturas desconocidas: claramente los animales parecían bichos palo, pero luego empecé a darle masa a las articulaciones”, comenta. Desde entonces, no ha parado: “He estado dibujando tanto estos años que ahora tengo dos cajas llenas de carpetas y folios con mis dibujos. En la actualidad, estoy practicando nuevas técnicas y mejorando cada día”, afirma.
Indica Martina que ha aprendido a dibujar sola, si bien cuando tenía ocho o nueve años tomó algunas clases en la escuela de artes de Herminio Estrella, en Murcia. “Allí aprendí a usar el acrílico y los sombreados, pero después descubrí que me gustaba más dibujar libre”, dice, aunque reconoce que las diferentes técnicas que aprendió entonces le son de utilidad.
También he seguido algún curso en la plataforma Domestika y he acudido a clases impartidas por la ilustradora polaca establecida en Murcia Katarzina Rogowicz, con la que Martina ha trabajado el lo que será su primer cómic, Las aventuras de Graison y Angus. El viaje al futuro, proyecto ahora ralentizado a causa de la pandemia.
“Mi gran sueño es ser profesora de ilustración y escribir mis propios cuentos. Me gustaría enseñar a otras personas mis trucos, costumbres y algunas técnicas imprescindibles”, señala.
Martina dedica una dos horas al día a dibujar. “A veces más y a veces, menos; depende de lo ocupada que esté, porque como voy a sexto de primaria me ponen muchos exámenes”, comenta. Pero no todo en su vida es dibujar y estudiar: “también me gusta jugar al tenis y a videojuegos (Minecraft, el primero), patinar en mi skate, , apuntar notas, leer y decorar mi habitación”, dice.
Durante el confinamiento, Martina participó en el #retomariposario lanzado por la ilustradora Berta Llonch, consistente en la realización durante un tiempo de una ilustración diaria para subirla a la redes sociales. Una de las ilustraciones de Martina se incluye en el libro Desde la crisálida, editado por Berta Llonch con parte de las casi 4.700 propuestas enviadas como respuesta al reto.
Las ilustraciones de Martina Rebollo se pueden disfrutar en su perfil de Instagram.