Después de una intensa trayectoria internacional con paradas en Mumbai, Tokio o Gdansk, la artista urbana Irene Fresh vuelve a Murcia, la ciudad en la que pasó su infancia y juventud y en la que pintó los primeros muros con apenas 14 años. Ahora prepara una instalación en el Museo Gabarrón, en Mula, que abrirá tras el próximo verano.
Nacida en Málaga en 1990, Irene Fresh se trasladó a Murcia a muy corta edad junto con su familia, originaria de la Región. En 2004 comenzó su carrera en el ámbito de graffiti, medio de expresión que utiliza para “compartir mensajes existenciales de amor y positivismo, como un ejercicio de curación a través de la creatividad. Su trabajo es un viaje al imaginario de la psicodelia, la mística, los graffiti, las etiquetas y la nostalgia por un mundo que está a punto de transformarse”, según se explica en el texto de una de sus pasadas exposiciones.
Mediante el uso de formas, letras y colores vibrantes, Irene Fresh ha creado un universo gráfico propio y muy singular, que traslada a innumerables soportes: muros, carteles, muñecos, impresiones en risografía, pegatinas, banderolas, muebles de pequeño formato, camisetas, gorras o, incluso, bolsas de plástico para envasar cubitos de hielo.

Después de haber viajado durante 18 años por diferentes países (Francia, Polonia, India, Japón o Estados Unidos, entre otros) pintando muros y participando en exposiciones individuales y colectivas, Irene Fresh comienza a compartir otro tipo de obras más figurativas con el objetivo principal de sanar a través de la creatividad y la reflexión sobre temas vitales, aunque conservando siempre la frescura inicial de sus propuestas.
Tras exponer el pasado año en el emergente Meed Festival de Elche y realizar un impresionante mural en Alcoy, la creativa se prepara para la que será su primera intervención pública en la Región. Irene Fresh ha sido seleccionada para montar una instalación en la bodega del Museo Gabarrón, en Mula, un espléndido espacio subterráneo que ya ha acogido otras propuestas de artistas jóvenes.

El proyecto que presenta Irene Fresh se denomina Todo está en el lugar que le corresponde (Everything is in the right place en la propuesta original), una instalación interactiva en torno a la memoria y la identidad en la que el propio espacio juega un papel relevante.
La creativa sugiere un viaje cuyos hitos serán las grandes tinajas enterradas en el suelo de la bodega, que contendrán información sobre la experiencia artística planteada por Irene Fresh. El espacio se convierte así en un territorio simbólico donde la metáfora del viaje cobra protagonismo, según explica la artista.
La instalación integra elementos sensoriales, texturas, luces, sonidos e imágenes que amplifican la percepción y potencian el carácter inmersivo de la obra. Varias de las características obras gráficas de Irene Fresh colgarán del techo a modo de banderas.