Pablo Sola debuta en PhotoEspaña

Pablo Sola forma parte de la programación de la inminente edición de PhotoEspaña, el enorme festival de fotografía y artes visuales que durante varios meses inunda salas y espacios públicos de Madrid y de otras ciudades españolas. Sola -que pasó su infancia y juventud en Murcia, ciudad en la que se formó como fotógrafo- propone un viaje a las profundidades del cuerpo.

La madrileña galería Modus Operandi albergará durante un mes, del 12 de junio al 12 de julio, la exposición Angels with Dirty Faces (Ángeles con caras sucias), título probablemente tomado de la película norteamericana del mismo nombre dirigida en 1938 por Michael Curtiz, con James Cagney y Pat O’Brien como actores principales.

Según describe la organización de PhotoEspaña, la obra de Pablo Sola se enfrenta al capitalismo que hermana a los empresarios y el poder, “presentando la pausa como acto rebelde frente al flujo constante de producción y novedad”. Recuerda que “sus fotografías exploran lo abyecto, difuminando fronteras entre lo bello y lo tenebroso. Los personajes retratados encarnan el inconformismo, como ángeles con caras sucias, sin etiquetas ni géneros. El fotógrafo invita así a cuestionar jerarquías establecidas, celebrando lo ambivalente en un mundo obsesionado con presentar siempre una mejor versión”.

Tras más de veinte años de trayectoria profesional, la singular obra de Sola se caracteriza por una estética onírica y violenta; sus piezas, con una laboriosa preproducción y ambientación, están cargadas de una dialéctica visual intensa y desgarrada que comparte los puntos de fuga más oscuros de la condición humana, una puerta desde la que entrar a su intimidad.

Nacido en Madrid en 1984, Pablo Sola está estrechamente vinculado a Murcia, donde creció como persona y como creativo. En una entrevista concedida hace unos años a Nieves B. Jiménez, el fotógrafo relata que Murcia le marcó el camino en el mundo de la creación. “En el instituto tuve la suerte de tener como profesora a Mara Mira [además de docente, crítica de arte y comisaria de exposiciones] quien me sugirió que estudiara en la Escuela de Arte; mientras me preparaba para ser ilustrador, me encontré con mis nuevas ‘ciencias’, la fotografía. Odiaba esa asignatura, me parecía un auténtico tostón revelar fotos de cielos y texturas hasta que llegó el proyecto homenaje a un fotógrafo. Escogí a LaChapelle al que conocía por hacer las portadas de los discos de mis grupos favoritos. Y ahí cambió todo, empecé a encontrar la inspiración y las herramientas para desarrollar mi propio universo que me llevó a ganar varios concursos, los cuales me permitieron exponer en Nápoles, Turín y Oporto. Todo esto me hizo participar en el añorado Fotoencuentros y que me planteara cuál era el siguiente paso… fue ganar la beca para estudiar el máster de fotografía EFTI, volviendo a Madrid”.

Como proyecto final en la Escuela de Arte de Murcia, Sola planteó el que aún considera su proyecto más personal, protagonizado por su madre que en aquella época estaba superando una leucemia.

La primera exposición individual de Pablo Sola tuvo lugar en 2009 en el entonces activo Laboratorio de Arte Joven (LAB) en Murcia, donde presentó Delirium, una serie de imágenes de colores brillantes saturados de herencia pop con la que logró una mezcla de ficción, exageración de la realidad y disfraz.

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